En el mes de marzo me contagie de CoVid y lo pase tan mal como otras tantas miles de personas que lo han sufrido.
Mientras las secuelas del virus me acompañaban, intenté llevar mi vida lo mejor que he sabido dentro los protocolos recomendados.
Mi familia ha estado protegida y hemos hecho un gran esfuerzo para conseguir esa seguridad, como el resto de las familias de este país y de este mundo.
Al comenzar el curso escolar nos sorprendió el protocolo organizativo y de cuidado de los niños.
Tantos meses de distancia social, sin parques infantiles y sin abrazos pasan a ser aulas con veinte niños a las que llaman "Burbuja" y que a mi me parece que es para que parezca que los responsables de nuestra seguridad han estado trabajando en algo.
A la semana exacta de conectar las clases, mi pequeña de cuatro años se contagia de CoVid en ese aula "Burbuja" y en ese cole.
Si desde La Consejería de Sanidad de Madrid se considera que debemos reducir las reuniones familiares a grupos de 6 personas, lo de veinte alumnos por aula no se entiende.
Veinte niños, que tienen a su vez, veinte grupos familiares con varios hermanos, padres y madres que trabajan fuera de casa y que van en transporte publico con otros padres y madres que tienen a su vez hijos con mas hermanos y que a su vez, forman parte de otras aulas "Burbuja" en otro colegio diferente .
La incoherencia está servida.
Quizá la Enseñanza Telemática pudiese ser una opción para salir de este túnel tan oscuro.
Integrar programas informáticos para actividades educativas, debería de haber sido una propuesta para cada familia y que cada padre y madre hubieran podido decidir si era factible en su caso o no.
Esta posibilidad debería haberse consensuado con las familias.
El número de alumnos por clase, con esta opción, sería menor y por la tanto las aulas menos peligrosas para los que tuviesen que ser forzosamente presenciales.
Quizá contar con la opinión de las familias, sería importante.
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